En el caso de animales vivos, la Valoración de Daño Corporal es una actuación veterinaria que tiene por objeto evaluar e informar de las lesiones, secuelas, menoscabos, perjuicios, dolores, molestias, incapacidades, invalideces que pueda tener o sufrir un animal derivadas éstas tanto de accidentes (casuales, tráfico, deporte/caza, etc.), actuaciones profesionales entendidas como de mala praxis (delito doloso/delito culpuso), así como por actos intencionados (maltrato animal).
Los criterios periciales para la valoración del daño serán de dos tipos:
- OBJETIVOS: Aparecen aquí dos figuras; daño emergente que hace referencia al valor (económico) de la pérdida sufrida y que consiste en el daño real y efectivo causado y el lucro cesante (ganancia o provecho que se ha dejado de obtener. Ambas figuras han de ser debidamente probadas.
- SUBJETIVOS: Incluye los daños estéticos (cicatrices), funcionales (cojeras, amputaciones), deportivos y morales (valor sentimental).
En el caso de animales muertos, el objetivo será reconocer las causas de la muerte de un determinado animal, valorando correctamente los indicios que las lesiones, heridas o traumatismos proporcionen. En base a ello y desde un punto de vista legal podemos establecer tres tipos de muertes:
- MUERTE VIOLENTA: debida a un mecanismo exógeno al animal. Se producen por agente físico: electricidad industrial o natural (rayo), por calor o frío, por radiaciones, por presiones; por agentes químicos; que si son vía digestiva constituyen las INTOXICACIONES; por un agente traumático: heridas, contusiones, asfixias, sumersión, estrangulaciones …
- MUERTE NATURAL: es aquella que aparece como resultado final de un proceso morboso en el que no hay participación de fuerzas extrañas al organismo. Las causas más frecuentes son: tumorales, infecciosas, vasculares, degenerativas.
- MUERTE CON SOSPECHA DE CRIMINALIDAD: cuando surge la duda o la sospecha que la muerte haya sido provocada intencionadamente.